martes, 29 de octubre de 2013

¡En tu rancho!

Verdaderamente creo, o quizá sea más mi imaginación, que algo que muchos chefs añoramos es tener nuestro popio restaurante.  Muchos lo logran, otros prefieren mejor la seguridad que les brinda un cheque cada quincena.  Habiendo ya vivido ambos mundos, prefiero la incertidumbre.

Sin lugar a dudas, esta es una de las más importantes diferencias entre un Chef hotelero y uno restaurantero.  Cabe aclarar una cosa aquí.  Estoy hablando principalmente de Chefs propietarios de su restaurante, no trabajando para otra persona en un restaurante.  Mucha diferencia hay entre uno y otro.

Un chef propietario esta "entre la gloria y el infierno".  Considerémos, entonces, lo que es estar en "La Gloria".

Puedes hacer y deshacer a placer.  No hay nadie quién te pare más que el gusto y disgusto del nicho comercial al que le quieras pegar.   Puedes cambiar el menú diariamente, semanalmente o nunca, si es así como tú quieres que sea.  Si la riegas, es tu problema y tú tendrás que pagar las consecuencias de tus acciones o inacciones.

Claro, estoy seguro que muchos tratan de que el negocio no fracase.  El punto de poner un restaurante, como Chef, es mantener un negocio del cual puedas vivir.  Esto crea entonces un punto de vista diferente en la persona que toma tal tarea.  Un Chef proprietario, definitivamente ve al mundo de una manera diferente.

Gasronómicamente, existe también una ventaja. Tienes más espacio para experimentar, para hacer cosas nuevas, para joder el costo si lo que quieres hacer es algo sublime en tu cocina y no cobrar nada por ello.   Dependiendo del tipo de operación que tengas y el tipo de gente que este trabajando contigo, puedes tener hasta la oportunidad de salir frecuentemente a buscar nuevos productos, nuevas técnicas, nuevos equipos para hacer nuevas cosas.  Si quieres hacer un video, no hay nadie que te detenga y si quieres tomar una foto, no hay nadie que te cuestione.

Si eres bueno en medios sociales, puedes controlarlos a tu manera, de la forma que tu quieras, claro, viviendo las consecuencias de la buena o mala forma en que lo manejes, pero al fín y al cabo, lo puedes hacer tu!

También si quieres puedes tener música a todo volumen mientras estás en tu preparación o durante el servicio, ¿por que no?   En lo personal, no soy muy fan de tener escandalo ya cuando se soltaron los trancasos más existe un poco de todo en el mundo del Señor.  Una de las experiencias más hermosas que he tenido en la cocina fue en el tiempo que pase en Emily´s.  Restaurante pequeño, apenas y serviamos a 60 comensales. La cocina no más grande que un par de oficinas, solo dos estufas, dos hornos, la "cocina fria" tenia como refrigerador una puertita que abría hacia la cámara de refrigeración.

En este lugar, llegábamos temprano dado que solo éramos tres cocineros.  Lo primero que se prendía era la cafetera y luego la radio.  Nos pasabamos todas las horas de la preparación escuchando programas de noticias, educativos, historietas.  Llegaba la hora de la comida, hecha por uno de nosotros, claro, y luego, unos ratitos más de camotiza antes de que iniciara el servicio.

El Chef, por lo general ya estaba en el restaurante cuando llegabamos y sabíamos que si escuchabamos su bajar de la oficina en alta velocidad y a paso "ruidoso", estaríamos practicando un nuevo platillo o realizando un cambio en alguno existente.  Muy buenos tiempos!  El ejemplo perfecto de un Chef proprietario.

Sin lugar a dudas Rick lo tenia todo, o bueno, casi todo.  En una buena plática, disfrutando una muy buena botella de vino, el lo confesó,

-Lo disfruto como no te imaginas, pero también en ocasiones preferiría trabajar para otro.
-¿Como es eso?
-Hay un pequeño problema, que con el tiempo verás...

Y efectivamente, el problema, 3 años después, lo conocí.

Al final del día, con todo lo que tú puedes hacer, el tiempo te hace llegar al meollo del asunto, "el gran dilema" como me gusta llamarlo: 

Todo, absolutamente todo, lo tienes que hacer TU!!!!!!

Como dicen en Inglés...  "Life´s a bitch"

A comer!


 

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